sábado, 24 de octubre de 2009

La Palma

Tras una semana de vacaciones en La Palma, puedo certificar que tiene bien ganado el nombre de Isla Bonita. Casi de casualidad me alojé en Puerto Naos, lo que fue un acierto total. Allí está posiblemente la mejor playa, por supuesto de arena negra, y normalmente soleada aunque detrás las nubes cuelguen de las formidables laderas del oeste de la isla.



En la foto aparece al fondo el hotel Sol La Palma, que cuenta también con apartamentos, opción que yo encuentro preferible. En el mismo Puerto Naos se puede practicar parapente, individual o en modo Taxi para los que, como yo, no tengan experiencia alguna al respecto. Desde luego que es muy recomendable y las vistas desde lo alto, especialmente al atardecer con el Sol multireflejado en el mar, son i-n-d-e-s-c-r-i-p-t-i-b-l-e-s. Además si uno se lanza desde Los Campanarios la subida en 4x4 también merece la pena. Y al final se descubre el porqué del requisito de llevar calzado deportivo, hay que subir un trecho a patita con el fardo a cuestas (y nunca mejor dicho, por cuestas).

También en Puerto Naos se puede disfrutar del buceo, pudiendo iniciarse en el mismo con diferentes cursos, aunque para una primera visita y primera experiencia lo mejor tal vez sea limitarse al "bautizo en el mar" para probar, antes de meterse en un curso de varios días, y además lo primero es conocer la isla en superficie antes de disfrutar más extensamente de la fauna submarina.

Para visitar la isla es casi imprescindible alquilar un coche, a ser posible bueno. Yo tuve un Golf que se portó de maravilla, con su tercera y a veces su segunda y cuarta. La isla está llena de tres tipos de señales: la cuadrada azul con un 40 dentro, la triangular con un par de curvas y la triangular con una montañita desprendida, y en todos los casos debajo de ellas una plaquita con dos flechas a los lados y en medio "5 km". Otro detalle a tener en cuenta es que si uno encuentra la señal de curva a la derecha o a la izquierda eso quiere decir que esa es una curva especialmente CURVA. Como en muchos casos las curvas van acompañadas de desnivel y suelen ser bastante ciegas, lo mejor es relajarse, tomarselo con calma y seguir la recomendación de no pasar de 40 km/h. El conductor quizá se canse algo de tanta curva, o disfrute si le gusta mover el volante al máximo, pero es mejor ir conduciendo que de acompañante, en cuyo caso puede ser bueno tener la biodramina a mano.

Con el tema del coche aprendí una regla básica. Al alquilarlo, cerciorarse de que se sabe como conectar las luces, y en general cualquier otra cosa como limpiaparabrisas, aire acondicionado, etc. Nunca había conducido un Golf, y resulta que las luces de posición y la corta se ponen con una ruleta a la izquierda cerca de la puerta, no con el mando acoplado al volante como en otros coches que había conducido. Aunque era de día, al pasar desde el este, donde está el aeropuerto, hasta el oeste, se atraviesa un túnel bastante largo y allí en marcha no es el mejor momento de averiguar cómo se dan las luces.

En cuanto a qué ver en La Palma, se podría decir que TODO, pero ahí va una selección de lo que más he disfrutado. En el sur, la visita al volcán San Antonio y al Teneguía, y despues al faro de Fuencaliente



La joya de la isla, la impresionante Caldera de Taburiente, con unas vistas espectaculares subiendo a la Cumbrecita en coche, con una pequeña ruta muy asequible hasta el mirador del Lomo de las Chozas y desde este al de los Roques. Yendo pronto se puede ver la Caldera despejada, y luego la procesión de nubes que entran desde el oeste por el barranco de las Angustias y van llenando la Caldera. Para tomarselo con tiempo, calma, y disfrutar. Fue el único sitio al que lleve prismáticos, pero mereció la pena.




Y, cómo no, el techo de la isla, el Roque de los Muchachos, desde el que al sur se contempla la Caldera cubierta de nubes, el Bejenado, y más allá el Birigollo en Cumbre Vieja. Y sí, ese pequeño trozo de tierra lejana arriba hacia el centro, envuelto en mar y nubes, es El Hierro.




Mirando al noroeste desde El Roque de los Muchachos se ven los diversos observatorios y el mar de nubes



Como la isla está repleta de senderos bien señalizados, y de todos los tipos, grandes, medianos y autoguiados, se pueden gastar todas las botas de trekking que se quiera, por la soleada ruta de los volcanes desde el refugio del Pilar, o en la umbría y espesa zona del Bosque de los Tiles cerca de la laguna de Barlovento, y muchos muchos más.

En el aspecto educativo me ha gustado el centro de visitantes del volcán San Antonio en los Canarios donde uno descubre el punto caliente de las Canarias (no me pude sustraer a esta terminología tan sexy) y se explica la teoría más actual del volcanismo canario. Allí me compré el libro (bilingüe castellano e inglés) de Juan Carlos Carracedo "Los Volcanes de las Islas Canarias. IV La Palma, La Gomera, y El Hierro", muy interesante y ampliamente ilustrado en color. He encontrado en la red una información similar. En el libro se detalla la formación de la Caldera de Taburiente, que no tiene un origen de resto de volcan que estalló, sino que es resultado complejo de sucesivos volcanes, de varios derrumbes gravitatorios, y de la erosión.

Y para acabar, una de las sorpresas agradables que recordaré es la de subir hacia el pico de la Nieve, mirar a la izquierda y encontrar el imponente Teide emergiendo del nuboso mar. Luego ya pude ver a la vez Tenerife y La Gomera.



Pero la última sorpresa, de vuelta a casa, fue encontrar en una foto juntas La Gomera a la izquierda a unos 90km, El Hierro a la derecha a unos 110 km, y en el centro un tipo que parece estar :-) en la cima del mundo.



Mucho mejor que verlo en Google Earth.