jueves, 14 de julio de 2011

París con la Lumix DMC-TZ20

El otro día he visto por fín la última película de Woody Allen, Midnight in Paris, que se estrenó allá por mayo, justo cuando yo estaba descubriendo París, que ya era hora. La película empieza con un merecido homenaje a esa hermosa ciudad, y luego la entretenida historia narrada es otro homenaje más a las París que albergaron  distintas celebridades y modos de vivir en épocas pasadas. Una película muy agradable de ver.

Aunque mucho mejor pasear en vivo y en directo por París, incluso aunque no llueva. El mayor distintivo de París, dispuesta a aparecer desde cualquier rincón, más grande o más pequeña, pero grácil, etérea, firme, estilizada, inconfundible y única: la tour Eiffel.
noche en París


Qué maravilla, qué acierto, don Gustavo. Como acertado es comprar la entrada hasta la cumbre por internet.

He de mencionar que para una visita como esta, me regalé una nueva cámara fotográfica, relativamente compacta, la Lumix DMC-TZ20 de Panasonic. Tiene sus pegas, siendo la primera, la segunda y la tercera ... la enclenque batería. A duras penas aguanta un día completo de ir haciendo fotos. La ventaja del GPS incorporado para geolocalizar las fotos es uno de las desventajas para la batería. Por cierto, a veces el GPS tarda en ubicarse y da localizaciones aproximadas, vamos, que no es infalible. Otro de los consumidores de batería es el ir y venir del cuerpo de lentes al encender y apagar la cámara, y no digamos con  el zoom, que es realmente generoso, 16x óptico. También me parece que la grabación de video, eso sí, full HD, es otro gran consumidor de batería. Desde luego no puede sustituir a una videocámara, pero para hacer tomas ocasionales, como por ejemplo grabar el descenso en el ascensor de la torre Eiffel, da buenos resultados. El vídeo se graba con formato AVCHD en archivos con extensión MTS . La wikipedia dice que Windows 7 tiene preregistrado ese tipo de fichero y sabe reproducirlo, pero con mi Vista lo que he tenido que hacer es recurrir al excelente VLC , que lo reproduce perfectamente siempre que se active el desentrelazado (menú Vídeo / Desentrelazar / Activar).

Bueno, salvo los problemas de batería, y algún que otro despiste del GPS, el modo inteligente de la cámara funciona bien, para gente como yo que dispara sin miramiento alguno. Dos características estupendas son por un lado el estabilizador óptico de imagen, que hace pasar el pulso trémulo por uno firme, y debería ser de ahora en adelante algo obligatorio en cualquier cámara; y por otra el sensor de tipo MOS con una maravillosa sensibilidad en condiciones de poca iluminación, que hacen casi superfluo el flash. La anterior imagen, evidentemente nocturna, da una sensación de menos nocturnidad de la que realmente había (se luce el sensor y también el estabilizador, pues el tiempo de exposición fue de 1/8 s, y mi pulso no da para tanto).  Y las imágenes que pueden conseguirse en el interior de los muchos templos a visitar eran impensables con mi vieja Ricoh. Además de estos progresos tecnológicos, GPS, sensor sensible con poca luz, estabilizador de imagen gracias a algúnos MEMS, todo en una cámara bastante compacta y ligera, de unos 220g con batería incluida, hay que destacar la óptica Leica, y el extraordinario rango cubierto desde un gran angular hasta un impresionante zoom.

Aquí, con un gran angular (f/4; 1/1300 s; focal de 24mm en equivalencia de cámaras de 35mm, ), una vista parcial de la magnífica Basílica del Sacré Coeuer

El campanar y el Sagrado Corazón de Montmartre


Es una de las cosas que más me ha gustado. Vista a lo lejos desde la torre Eiffel, o bien desde la torre de Montparnasse, se divisa en alto, casi recortada contra el horizonte, una forma de llamativa blancura, con un efecto en vivo y en directo que no se plasma en las fotografías. Y de cerca no pierde atractivo. Es sin duda un lugar a visitar, con la ventaja adicional de que dentro del templo no se pueden hacer fotos, y realmente ¡no hay que hacer fotos! Poder liberarse de esta esclavitud autoimpuesta al tener el dedo en el disparador, y dejar que sean los párpados nuestro obturador, la retina nuestro sensor, las celulillas grises nuestra memoria. Sentarse y empaparse de la atmósfera espiritual del lugar. Desde luego que yo la experimenté. Tampoco sé si tuvo alguna influencia el acudir allí tras una ajetreada mañana, y una reparadora comida en Montmartre con un suculento entrecot XXL y medio litro de embriagadora Grinbergen.

El caso, volviendo al zoom de la Lumix, es que nos permite ver (f/5,5; 1/640 s; focal equivalente de 197mm) algo más de cerca al arcángel San Miguel venciendo al diablo en forma de cocodrilo.
San Miguel vence al diablo 


Yel zoom llevado al máximo 21x del Zoom Inteligente (f/5,9; 1/500 s; focal equivalente de ¡504mm!) nos permite ver el aro que sostiene el ángel situado sobre la bola que sostiene Napoleón, allá arriba a 44m. de altura, en lo alto de la Columna Vendôme
Napoleón en la picota

Las fotos las he adelgazado un poco para subirlas, aligerando los más 5 MB originales a unos cientos de KB usando GIMP para escalar las imágenes de 4320x3240 a sólo 2160x1620, y guardar como jpg con una calidad del 60%. Aún así se aprecian bastantes detalles.

Los suficientes como para pensar en volver a París.