miércoles, 5 de noviembre de 2008

change has come

A veces sí tiene sentido utilizar esa desprestigiada palabra "histórica" y hoy sin duda Barack Obama se lo merece.

Quizá sean oportunas unas hojas de hierba de Walt Whitman

La grandeza de la naturaleza o de la nación serían monstruosas si no se correspondieran con la grandeza y la generosidad de espíritu de los ciudadanos. Ni la naturaleza ni los estados populosos ni las calles ni los vapores ni los prósperos negocios ni las granjas ni el capital ni el conocimiento son suficientes para el ideal del hombre... ni son suficientes para el poeta. Tampoco son suficientes los recuerdos. Una nación viva siempre puede dejar una huella profunda y puede tener la mejor autoridad, que es la más barata... la que surge de su propia alma. Esta es la suma de los usos provechosos de los individuos y de los estados y de la acción presente y de la grandeza y de los temas de los poetas.


Los temas de los poetas, que se aprecian en el Victory Speech o discurso de la victoria del nuevo presidente norteamericano.




O en su famoso a more perfect union, o discurso sobre la raza.





Un discurso sólido, claro, ponderado, penetrante, argumentativo, inteligente. Las palabras no lo son todo, a veces casi nada, pero qué raro es encontrar en los dirigentes del mundo algo alejado de las simplificaciones o de la fácil exacerbación del enfrentamiento, algo que analice y se enfrente a la difícil multiplicidad poliédrica y tornasolada del mundo.

Como se refleja en esta opinión en el New York Times

Esta fue una elección transformativa, pero no porque hubiese un bandazo hacia la izquierda o un inequívoco rechazo a la derecha. La cultura está confusa, como siempre. El matrimonio homosexual perdió en la liberal California, en Florida y Arizona. Pero las restricciones al aborto no se respaldaron en la conservadora Dakota del Sur. Y el 73 por ciento de votantes en Colorado no estuvieron de acuerdo con el argumento mantenido hace mucho por los republicanos de que la vida humana comienza en la concepción.


lo que nos debe hacer ver que tampoco se puede hablar de los Estados Unidos de América como si fuesen algo monolítico, fácil de describir o entender.

En cuanto a la importancia de la raza, desde luego es relevante la elección de un hombre negro, porque ese factor no ha impedido la elección, pero sobre todo porque ese no ha sido el factor que ha determinado el resultado, sino, como indica Timothy Egan en la referida opinión

porque es más inteligente, con mejores ideas, demostrando liderazgo bajo presión. Fue una victoria de la meritocracia.


Quizá eso pueda explicar que el racialmente intolerante tío Chuck votase por Obama.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Seminci 2008 toma 2

Concluyó la Seminci 2008 con buen estómago y el frasco roto.

La espiga de oro a Estómago puede ser acertada, aunque a mí no me pareciera completamente redonda, para un 7,5 más que para un 8. Pero es una historia interesante, original, con aspectos cómicos y trágicos, y un protagonista Raimundo Nonato con mucho arte culinario. Es una película con recorrido asegurado en las salas comerciales con o sin espiga, lo que es aplicable también a la espiga de plata, El frasco, a la que sí pondría un 8. Es una película amable, de las que la gente puede ir a ver el fin de semana para reír y tener su dosis de comedia romántica, sin que tal denominación tenga parecido con las muchas bazofias americanas catalogadas como tales. El mayor mérito es conseguir la risa y la conexión del espectador con los dos protagonistas en una historia extremadamente simple, donde Dario Grandinetti hace creíble su mudo.

No tan fácil de ver (no digamos de entender sin subtítulos en español, menos mal que ayudaban algo en inglés) ni tan lograda (le pongo un 6), es Villa, las peripecias por separado de 3 jóvenes de ese barrio marginal para conseguir ver el primer partido de la selección argentina en el mundial de Corea y Japón. Hay una cierta dispersión en la narración, que no acaba de cuajar.

Sí cuaja y es agradable de seguir la historia del Captain Abu Rae, con una correcta factura y un personaje protagonista eficazmente interpretado. Como para un 7.

Una sorpresa agradable, dadas las críticas un tanto neutras o negativas de algunos críticos (una vez más me queda claro que cada persona asistente a una misma proyección ve una película diferente), resultó ser Adoration de Atom Egoyan, para mí entre las merecedoras de un 8. Una historia que plantea dos temas de plena actualidad, el choque de culturas por un lado, y la relevancia (o irrelevancia) de la distinción entre verdad y ficción en la era internet, y cómo estos temas generales se resuelven en el caso de la historia personal del joven protagonista.

Puede decirse que este año en el aspecto cinematográfico y de repercusión en los medios la Seminci aprueba con nota, claro que en otros aspectos queda mucho por andar.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Seminci 2008 toma 1

Ya estamos casi a la mitad de la 53 edición de la Seminci vallisoletana. Hasta ahora las películas que he visto tienen que ver con la memoria histórica, de tanta actualidad a raíz de la ley de memoria histórica del gobierno Zapatero, y de la reciente instrucción del juez Garzón.

En el caso de la película polaca RYSA (rasguño), de Punto de Encuentro, el pasado del régimen comunista hace estallar una prolongada relación de pareja cuando un antiguo miembro del partido desvela el origen de la pareja como un caso de espionaje. Tras años de convivencia y una hija en común, ¿es verdad que ese compañero era un espía del aparato para investigar al padre de ella? Bueno, la película no es explícita y es fácil perderse (al margen de las propias dificultades, los comentarios de las butacas próximas son reveladores), pero el cambio súbito de actitud de la esposa respecto al marido, que se aísla y más tarde deja el hogar común, con una conducta un tanto inestable, indican la veracidad del testimonio. No es una película fácil de ver, pierde a veces el ritmo, aunque la historia es interesante. Pongamos que un 6.

Otra memoria, esta sí de la guerra civil española, es la de "La mujer del anarquista", coproducción germano-franco-española. Una historia de amor, un enfrentamiento entre hermanos, las vilezas de la guerra frente a los supuestos altos ideales a defender, el exilio a Francia del anarquista y el reencuentro con su mujer e hija tras años de separación. Un tanto larga en metraje, a veces poco convincente, pero en general aceptable, para otro 6.

Una tercera memoria es la expresada muy satisfactoriamente en "Plus tard, tu comprendras". Situada en Francia, durante el proceso contra Klaus Barbie, plantea la angustia del protagonista por conocer la verdad sobre el destino de sus abuelos maternos, judíos de origen ruso establecidos en Francia a principios del siglo XX. El protagonista recurre a todas las fuentes documentales que puede, pero no consigue información alguna de su madre, que elude siempre hablar del tema. Pero al final esa madre dará testimonio de lo acaecido no a su hijo sino a sus nietos. Es más fácil hablar de algo tan difícil con una generación de por medio. En la escena final unas funcionarias determinan las compensaciones económicas que el estado francés reconoce por la desaparición de sus abuelos maternos, detallando las cantidades en base a tarifas bien establecidas. Nuestro protagonista acaba saliendo de la sala. En la anterior escena a esta última, muerta la madre, sus múltiples bienes son tasados por un experto con precisión exquisita. En ambas podemos compartir la estupefacción, la incomprensión del protagonista. Hay que destacar la actuación de éste, el tempo, y la transmisión de emociones. De momento lo que más me ha gustado, un 8.

La memoria implicada en la cuarta película, "Una cierta verdad", es la de los enfermos mentales tratados en un hospital psiquiátrico. Con un metraje de más de dos horas y formato documental, algunos espectadores abandonaron la sala. No es que sea una película para ir a entretenerse el fin de semana, pero desde luego no es aburrida, y más de una vez arranca la risa del espectador, sobre todo a través de los comentarios del paciente de mayor presencia. En su discurso delirante y sin embargo plenamente argumentativo se deslizan perlas que cualquiera de los espectadores "normales" podría suscribir. Un 7.

En general todas las películas reflejan la importancia de la proyección del pasado sobre la vivencia presente, tanto si ese pasado es oculto o es claro, si es cierto o es falso. La memoria histórica no se puede obviar, pero es algo sobre todo personal e íntimo, donde no llegan las leyes escritas o las compensaciones económicas. La memoria histórica afecta al presente, y por tanto también al futuro.

Las películas, los libros, los documentales, los testimonios, ayudan a tener nuestra propia memoria histórica. No hace falta tener abuelos enterrados en una cuneta anónima, o quemados en un horno, para vivir afectados por tales hechos, para vernos reflejados como víctimas y como verdugos, para temer las cunetas y los hornos de hoy, o la locura colectiva de hacer pasar por normal lo que debería ser motivo de tratamiento psiquiátrico.

martes, 14 de octubre de 2008

animales

No. Muy racionales no somos.

No fue un Diseño Inteligente sino la animal evolución la que nos llevó a la cumbre de la pirámide depredadora, en una escalada grupal más que individual. Por ello a falta de leones y sabana, los aguerridos machos cazadores vierten sus hormonas en la peligrosa caza de otros felinos en la llanura toledana, y muestran con satisfacción sus trofeos.

Vaya. Exceso de expectativas. No es tanto que me apenen los gatos, los toros, las cabras y los gallos, como la satisfacción de los humanos matando. Sin vergüenza.

viernes, 10 de octubre de 2008

evolución y creacionismo

Hay algún que otro blog revuelto por un artículo reciente de Juan Manuel de Prada. La verdad es que recuerdo tener la revista en mis manos, llegar a la página del artículo, mirar someramente las primeras frases..., y pasar a otra cosa.

El Creacionismo, o su maquillada denominación de Diseño Inteligente, se basa en esencia en una simple cosa: ¡por Dios!, el ser humano es taaaannn especial, que de alguna forma solo puede explicarse por ... Dios. Nuestras peculiares características constituyen un salto cualitativo inexplicable de cualquier otra forma que no sea invocando ese Algo convencionalmente designado como Dios. La Ciencia podrá explicar otras cosas, pero al llegar a nuestra esencia humana, a nuestro misterio último, a ese Non Plus Ultra, debe rendirse a la evidencia de sus límites y no empeñarse en negar nuestro divino origen.

A veces los que admiramos los logros de la Ciencia y los científicos nos olvidamos de que por mucha ciencia que uno haga, y mucho raciocinio, lógica y método que se aplique, al final todos somos humanos, científicos incluidos como el que más.

Y ¿que es "ser humano"? Según la teoría de la evolución, es ser un animal débil como individuo, que necesita para sobrevivir del grupo, y que se ha de valer de factores ajenos a su propia fuerza física. Lo que en algún momento dio a cierto grupo de homínidos una ventaja evolutiva clave no fue tanto un rasgo físico externo (más fuerza, más rapidez, una posición erguida) como una mejor conducta de grupo, relacionada con una mayor capacidad de representar y de comunicar.

La comunicación es esencial para coordinar al grupo, y existe en todos los animales. Todos los animales deben tener una cierta representación del mundo. En el caso humano la comunicación es más rica y se puede hacer perdurable de una generación a otra. La representación del mundo es más abstracta y permite proyectar planes sobre elementos no presentes.

El humano prehistórico creó representaciones de los fenómenos y explicaciones de los mismos. Ahora las llamamos mágicas, pero en cualquier caso los mitos, los rituales, la magia, servían a la supervivencia del grupo. En las civilizaciones de milenios recientes esa explicación mágica se mantuvo pero se refinó hasta llegar a lo que hoy denominamos explicación divina, con varios o un sólo dios.

Para la supervivencia del grupo es importante la especialización, el reparto de tareas, la organización. Hubo un grupo especial, los elegidos que conectaban con los dioses y revelaban la Verdad a los demás, y eran poseedores de un gran poder. Sería difícil poner en duda la utilidad que ha tenido la creencia religiosa en el proceso de desarrollo de la comunidad humana, y la influencia del poder religioso.

Desde hace unos siglos la comprensión racional del mundo ha permitido un creciente dominio sobre nuestro entorno, una capacidad de manipulación de la materia, y de creación de riqueza. El desarrollo científico y tecnológico ha pasado a ser un factor de poder, y a competir con el poder religioso. Esta suficiencia racional reciente, fruto de ese barniz cerebral que supone el neocortex, nos engaña, y oculta que seguimos en esencia regidos por el cerebro animal primitivo, y siendo anímica y psicológicamente tan frágiles como hace miles de años.

Seguimos necesitando creer, y que nos den explicaciones mágicas. Permitimos que las explicaciones mágicas vengan de la Ciencia cuando se trata de aceptar, con palabras incomprensibles, que la imagen que veo en mi televisión corresponde a algo que sucede ahora en el otro extremo del mundo. Pero nos encantan las novelas fantásticas, los misterios de extraterrestres, los espíritus, y demás arcanos insondables. Necesitamos de ello. Somos así.

Hay personas jóvenes, educadas, universitarias, racionales, que pueden mostrarse incrédulas de que el hombre haya pisado la Luna, y sin embargo creer sin problemas en misteriosos fenómenos paranormales. Al igual que el niño no estima la dificultad de que tres señores, o uno gordo, repartan en una noche millones de objetos de un elevado coste, y lo cree posible, otras personas no estiman la "facilidad" de que el hombre llegara a la Luna en 1969, tras años de aviones y cohetes, de satélites en órbita, y elementos electrónicos de control suficientemente probados. Más fácil que orquestar un engaño masivo durante años con decenas de miles de implicados, incluidos los enemigos soviéticos. Pero más importante que la Verdad, ese concepto sobrevalorado, es sentirnos a gustito con nuestro credo.

Necesitamos sentirnos especiales. La Ciencia nos hace muy especiales por el grado de comprensión, pero también nos relega a una humilde posición difícil de digerir. Anda que si al final simplemente somos frutos del azar y la necesidad... En este intento desesperado por salvar lo divino sin renunciar a lo científico, es comprensible la elaboración de algo como el Diseño Inteligente, que pueda parecer científico y no ser tan tosco como el original Creacionismo, aunque consiguiendo el mismo objetivo. Todo puede verse como el desenlace del proceso evolutivo darwiniano. ¡Qué monos somos!

Pero el excelente grado evolutivo que hemos alcanzado, y la relevancia creciente de la Ciencia, se manifiesta en el propio Diseño Inteligente. Ni éste, ni tan siquiera Juan Manuel de Prada, han invocado la necesidad de un Diseñador Divino para explicar el tremendo salto cualitativo entre el infinito contable de los enteros y racionales, y el siguiente infinito de los reales, radicalmente más infinito. Y qué decir de los transfinitos, por Cantor bendito. Ni han invocado la intervención divina como razón del Teorema de incompletitud de Gödel, o del carácter trascendente de pi, o de la imposibilidad del móvil perpetuo. Pero ojo, no siempre fue así. Un legislador americano (no, no es la candidata Palin) quiso establecer por ley que el valor del número pi era 3,2. Pasaron muchos años hasta que las oficinas de patentes dejaron claro que no considerarían invento alguno que pretendiese ser un móvil perpetuo. Las medidas higiénicas en la práctica médica tienen poco más de un siglo. Vamos evolucionando.

Como ciudadanos del siglo XXI debemos ser conscientes de nuestra "base" animal primitiva, que lo es todo salvo por una fina cutícula muy reciente. Pero en honor de esa fina cutícula debemos decidir en qué creer para segun qué cosas, y qué conocimientos deben recibir los escolares. ¿Igualar Fisica Aristotélica y Mecánica de Newton? No. La primera es de gran interés para el filósofo o el historiador. Para el ingeniero mejor la segunda. ¿Emparejar química y alquimia? Ni el religioso más fervoroso las confundiría hoy en día. Aunque si se trata de escribir novelas de ficción, todo puede valer.

Pero ¿cómo se ha llegado a semejante situación de fe en la Ciencia? ¿Es porque los medios de comunicación han alterado la realidad impidiendo una cabal comprensión de pi, de la matemática, la física, la química ...?

¿Es porque los científicos han engañado , hipnotizado, formateado y abducido a las personas? ¿Quizá el GPS no funciona por una aplicación de los abstractos conocimientos científicos y aplicados desarrollos de ingeniería, sino por intermediación de espíritus o hadas o ángeles, y esa terrible conjura cientifista nos lo está ocultando? ¿Acaso no estaba ya el GPS en Su Tablero de Diseño?

Y de tener que decidir entre dos propuestas para combatir la creciente resistencia bacteriana a los antibióticos, ¿equipararemos teoría evolutiva y diseño inteligente? Ay, Señor, Señor, que el monstruoso spaghetti volador nos coja confesados.

lunes, 6 de octubre de 2008

Charting the Universe

Humoroso vértigo poético del genial Julio Cortázar (suya es la cursiva del verso):

A la misma hora en que un hombre en Palomar ve caer en sus ojos las galaxias
(Trompa de Elefante, Comus, 100.000.000.000.000.000.000.000.000.000 de siglos luz,
y no es nada, el telescopio empieza apenas su pesca
submarina la misma hora que ese hombre comprende que lo que está viendo es la abstracción
de algo que no verá nunca, un olvido casi del absurdo que lo deja asomarse
por Palomar a las palomas a millones trillones billones de palomas)
a esa misma hora un hombre en la Universidad de Toledo
(si Toledo tiene una Universidad)
completa su décimo volumen de trabajos
sobre la función del adjetivo en las obras de Fernán Vieyra de Rojas,
de manera que mañana en las librerías una al lado de otra
habrá una monografía con fotos de Palomar
y un largo estudio sobre el adjetivo
y no es posible que esto sea verdad
y que aceptemos su verdad y sigamos caminando
por Palomar o por Toledo,
tan panchos, tan contentos, tan seguros
de ser alguna cosa en esta insensatez perfecta.

viernes, 26 de septiembre de 2008

nubes y cerveza

No todo en la física son aceleradores y partículas. Hay nubes y cerveza.

Un destacado ejemplo de lectura educativa y amena es "Clouds in a glass of beer" de Craig F. Bohren, que para dar idea del fondo físico de la lectura, se subtitula "Simple experiments in atmospheric Physics".

Nos encontramos con la cerveza y sus burbujas; con granos de sal que desencadenan en la cerveza un borboteo tumultuoso; con la tenue neblina en el cuello de la botella de cerveza recien abierta; con la atmósfera y sus nubosas gotitas de agua; con patos felices de cabeza fría, y mucho más.

Expresado en términos novelescos, asistimos a los equilibrios y desequilibrios entre las dos apariencias de un protagonista, el agua, que se nos presenta a la vez como líquido y como vapor, separados por una superficie. Constantemente hay moléculas de agua que pasan del líquido al vapor (evaporación), y del vapor al líquido (condensación). Si hay equilibrio entre ambos procesos, a una temperatura dada, el vapor tiene una presión de vapor característica, denominada presión de saturación, nombre que intenta expresar que ya hay tanto agua en forma de vapor como permite la situación de equilibrio. Más presión de vapor indica una sobresaturación, exceso de vapor que ha de condensarse para restablecer el equilibrio. Menos presión de vapor que la de saturación implica que la evaporación gana a la condensación y en términos globales se puede aumentar la cantidad de vapor.

Podemos cambiar de jerga y hablar en términos de la humedad relativa, cociente entre la presión de vapor existente y la de saturación. Una humedad relativa del 100% indica la situación de equilibrio. Un valor mayor del 100%, sobresaturación. Bueno, según las reglas del juego, en medio de un vapor sobresaturado, debe producirse condensación y formarse agua. Pero ¿cuanto tiempo lleva eso? Crear una gotita de agua en medio del vapor implica no solo juntar moléculas vaporosas, sino crear una superficie de separación. Esto no es fácil, puede requerir paciencia, y es lo que se denomina nucleación homogénea. Pero las cosas se facilitan si aparecen los centros de nucleación, con sus superficies rugosas que facilitan la creación de la superficie de separación entre vapor y líquido. En la turbia atmósfera no suelen faltar.

El equilibrio suena monótono, pero el desequilibrio puede ser también aburrido si corresponde a una situación estacionaria: anticiclón de las azores, tiempo seco y soleado, baja humedad relativa, humidificadores a tope para paliar tal sequedad, y así podemos seguir días y días. Hasta que la temperatura cambia. El equilibrio entre vapor y agua líquida (y la dinámica de evaporación versus condensación) depende tremendamente de la temperatura: la presión de saturación del vapor de agua decrece muy rápidamente al disminuir la temperatura. Imaginemos una presion de vapor P menor a la de saturación PSat(T1) a la temperatura T1. Por ejemplo una situación de humedad relativa del 50%. De repente llega el frío. La temperatura empieza a descender, y con ella la presión de saturación. Podemos llegar a una temperatura Tr < T1 en que P=PSat(Tr), y por tanto en que la humedad relativa es del 100%. A tal temperatura se le denomina temperatura o punto de rocío para las condiciones dadas en un principio. Si la temperatura sigue descendiendo más hasta una temperatura T2, se puede dar una situación momentánea de sobresaturación, humedad relativa mayor del 100%. Claro que una vez actúe la condensación para restablecer el equilibrio, la presión del vapor de agua debe disminuir hasta P'=PSat(T2), una humedad relativa del 100% en la temperatura T2, que resulta ser la temperatura de rocío en la nueva situación.

La temperatura es por tanto un personaje principal en el drama atmosférico, que puede llegar a sofocarnos. Al lado del mar en tiempo muy caluroso (40ºC) la humedad absoluta es enorme, la humedad relativa puede estar cerca del 100%, y la temperatura de rocío ser por ejemplo de 35ºC. Nuestro sudor no se evapora, y no nos refresca nada. Claro que hay altas temperaturas de Rocío estupendas (bueno, dew, drew, que más da).

Precisamente el grado de evaporación es mayor cuanto menor es la humedad relativa. Y la evaporación lleva aparejada una absorción de calor que se emplea para pasar del líquido al vapor, y que implica un enfriamiento de la superficie en que se produce la evaporación. Cuanto menos humedad relativa, más evaporación, y más enfriamiento. Una forma de medir la humedad relativa es tomar la temperatura de ambiente en seco y compararla con la temperatura de bulbo húmedo. Si la humedad relativa es baja, la evaporación de un paño húmedo en contacto con nuestro termómetro es alta, produciendo una mayor disminución de la temperatura. Hay tablas para relacionar esta diferencia de temperaturas (de bulbo seco menos la de bulbo húmedo) con la humedad relativa.

Un dispositivo móvil basado en este principio es el pájaro beodo, ilustrado por Bohren, que le denomina pato feliz. En el culo del pato hay un líquido volatil, que también llena en parte un tubito que conecta el fondo del culo con la cabeza. Un enfriamiento de la misma reduce la presión del vapor en la cabeza respecto a la existente en el culo, y esa sobrepresión cular eleva el líquido por el tubo hasta la cabeza y desequilibra al pobre pato, que gira y bebe, empapando su pico, mientras el ángulo de inclinación hace que se conecten e igualen las presiones de culo y cabeza, y el líquido de esta última descienda de nuevo, haciendo retomar al pato su casi erguida posición. Y vuelta a empezar.

Curiosamente si al pato se le da de beber agua con una alta concentración de sal, o de azúcar, pierde bastante de su alegría. El enfriamiento (que promueve la alegría del movimiento) depende de la fuerte evaporación en el empapado pico, mayor si la humedad relativa es baja, que significa que la presión actual de vapor es mucho menor que la presión de vapor saturada. Pero un tal Raoult observó que la presión de saturación de una sustancia disminuía si a la fase líquida pura de la misma se le añadía un soluto, tanto más cuanto mayor fuese la fracción del soluto. De modo que al empapado pico de pato bien salado le corresponde una menor presión de saturación, lo que hace que la humedad relativa a sus efectos sea más próxima al 100% que la experimentada en las mismas condiciones de temperatura y humedad absoluta por un destiladamente empapado pico de pato. Con el agua salada la evaporación es menor, menor la disminución de temperatura, y menor el sube y baja.

Otro protagonista con problemas de equilibrio es el gas carbónico, que aparece como gas libre en el cuello de nuestra botella de cerveza cerrada, o disuelto en el líquido. El equilibrio entre gas libre y disuelto se describe por la ley de Henry: la cantidad de gas disuelto es proporcional a la presión parcial del gas, pero la constante de proporcionalidad depende fuertemente de la temperatura. Para una misma presión del gas, la solubilidad decrece al aumentar la temperatura. En las bebidas carbonatadas se consigue diluir gran cantidad de gas en el líquido trabajando a grandes presiones de carbónico y a bajas temperaturas. Hay auténticos expertos domésticos para tener agua carbonatada en casa en plan hazlo tú mismo. En el caso de nuestra botella de cerveza cerrada, el carbónico del cuello de la botella esta en equilibrio con el carbónico disuelto. Tal equilibrio se pierde en cuanto se abre la botella. La cerveza pasa a contener más carbónico del correspondiente a la nueva situación, en que la presión parcial del carbónico es casi nula al escapar a la atmósfera. A semejanza de la sobresaturación del vapor de agua, el exceso de gas carbónico disuelto puede crear burbujas gaseosas por la lenta vía de nucleación homogénea o con la ayuda de centros de nucleación, como se dan en las rugosas paredes y fondo de nuestro vaso de cerveza. Y si, como propone Bohren, echamos a la cerveza unos granos de sal, o de arena, hay un repentino tumulto de creación de burbujas. Pero además de ser éticamente cuestionable hacer tan deplorable uso de una saludable cerveza, es más es-pec-ta-cu-lar y menos objetable usar una bebida de Cola y unos Mentos.


Lo que sí es aconsejable es comprobar que al destapar una cerveza cerrada, en su cuello puede apreciarse una tenue neblina. El gas carbónico escapa rápidamente produciendo un brusco enfriamiento que satura el vapor de agua presente en el cuello. En una botella cerrada los posibles centros de nucleación se han asentado y el cuello está libre de ellos, de modo que actúa la nucleación homogénea creando la tenue neblina.

Qué dura es la ciencia, ayer tuve que abrir, y degustar, una Grimbergen Double.