Aprovechando las vacaciones estivales en la aventada playa de la Barrosa, he leído un par de novelas recomendables.
"El asombroso viaje de Pomponio Flato", de Eduardo Mendoza, es de lectura ligera y agradable, tanto por la corta extensión del libro como por el humor que rezuman las peripecias poco detectivescas del romano Pomponio, contratado por el niño Jesús para exculpar a su padre José de la acusación de asesinato. La única pega a tal brevedad es que dura a lo sumo un día de vacaciones.
Algo más extenso y con más enjundia es "La elegancia del erizo" de Muriel Barbery. Una incursión en la especificidad individual llevada en secreto y los problemas que ello comporta en el día a día del trato social con los demás y en el sentido de la vida. Las dos protagonistas a las que escuchamos alternativamente son una portera de inmueble de ricos, y una adolescente despierta y reflexiva, ambas ocultas en su verdadero yo a los ojos ajenos. Claro que siempre hay alguien que puede descubrir la tapadera.
Si las vacaciones se prolongan tras acabar un par de novelas como las anteriores, siempre se puede recurrir a libros que no se acaban, de lectura no tan ligera aunque puedan resultar también interesantes, como "Synchronization. A universal concept in nonlinear sciences". La primera parte, con descripciones cualitativas y gran número de figuras, es "asequible".
En esencia se presenta la idea de oscilador autosostenido, la caracterización de su frecuencia y fase, y el hecho de que ambas pueden ser "atrapadas" y fijadas por el ritmo que marque una fuerza periódica externa u otro oscilador semejante que interactúe con el primero.
Precisamente el primer ejemplo de este fenómeno es el descubriminto por Huygens de la sincronización de dos relojes de péndulo colgados de dos vigas apoyadas en un soporte común.
En un apéndice del libro se incluye un extracto de una carta de Christiaan Huygens a su padre refiriendo su hallazgo, y otro con sus observaciones y experimentos para dar con la causa del fenómeno:
Mientras me vi obligado a guardar cama por unos días hice observaciones de mis nuevos relojes y me percaté de un maravilloso fenómeno que nadie hubiera imaginado. Los dos relojes, colgados uno al lado del otro a una distancia entre uno y dos pies, mantenían su marcha acompasada con una precisión tan grande que los dos péndulos oscilaban siempre a la vez. Mientras me admiraba de esto, al final encontré que ello ocurría por una especie de simpatía: cuando les hacía mover a distinta marcha, al cabo de una media hora siempre volvían a sincronizarse y mantenerse así mientras yo no interviniese.En efecto Huygens dedujo que la simpatía se debía a la interacción de ambos relojes a través del soporte común que compartían, cuyo movimiento era imperceptible. Que tal diminuta interacción permitiera la sincronización era posible por la gran proximidad de las frecuencias características de cada uno de los relojes.
...
Nunca antes han podido otros relojes hacer algo semejante como los de mi nueva invención, y de esto puede uno ver lo precisos que son, pues algo tan pequeño basta para mantenerlos en eterno acuerdo.
El libro explica que la sincronización depende de dos factores principales: la intensidad de la interacción entre osciladores (o de la fuerza externa aplicada), y la diferencia de frecuencias (detuning). Para una interacción dada, la sincronización se pierde si las frecuencias "naturales" de cada oscilador son demasiado diferentes. Las explicaciones se van complicando al tratar factores adicionales como la presencia de ruido, o los sistemas caóticos. Y en el camino nos encontramos con un exponente de Lyapunov nulo, con lenguas de Arnold y con escaleras del diablo.
Todo ello explicado con numerosos ejemplos de la física, la biología o la química, pero sin matemáticas, en las primeras 170 páginas (la parte "asequible"), y con detalle matemático a continuación. Entonces ya es mejor refrescar los conceptos sobre sistemas dinámicos no lineales, y dejarlo para después de las vacaciones.